Reduce, reúsa y recicla: las 3R aplicadas a la arquitectura

Reduce, reúsa y recicla: las 3R aplicadas a la arquitectura
Arquitectura

La regla de las 3R de la ecología aplicada a la arquitectura adquiere un gran significado en estos tiempos en los que somos cada vez más conscientes de nuestra huella ecológica y de su impacto en el futuro de la humanidad y su relación con el planeta.

Por su propia naturaleza, los métodos de construcción tradiconales implican procedimientos que impactan en el medio ambiente directa o indirectamente. Algunas estadísticas nos indican que el sector es responsable de un 12-16% del consumo de agua, un 25% de la madera cosechada, un 30-40% del consumo energético, un 40% de los materiales vírgenes extraídos y entre un 20-30% de las emisiones de efecto invernadero.

Edificar sin comprometer el futuro del medio ambiente, y por ende de las generaciones futuras, es una responsabilidad compartida entre todos los participantes en la economía de la construcción. Una economía que busca, o debería de hacerlo, el equilibrio entre el desarrollo económico, el desempeño ambiental y la responsabilidad social optimizando el uso de sus recursos.

La Regla de las 3R de la ecología, popularizada por la organización Greenpeace, no es solamente aplicable, sino imprescindible en una arquitectura ecosostenible.

Ya no es extraño encontrar impactantes propuestas arquitectónicas donde los materiales principales son reciclados o reutilizados.

Una arquitectura que debería perseguir los siguientes objetivos:
Reducir el consumo de energía en sus propios procesos constructivos e indirectamente en la energía utilizada para la fabricación de los materiales elegidos para el proyecto (no contaminantes, durables y reciclables) y que se traduce en menor generación de basura y desperdicios.
Reutilizar, pero no solo dándole a los materiales una segunda vital útil sino en un concepto más global dotando de una segunda vida a un edificio entero. Un reúso adaptativo a gran escala en donde se dotan de nuevas funciones a espacio que se pueden volver a utilizar pero ahora de otra manera.
– Y Reciclar, transformando a través de nuevos procesos de fabricación los materiales constructivos en nuevos elementos con nuevos propósitos.

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Es indispensable tomar en cuenta todo el ciclo de vida de una edificación: desde el origen de los materiales, su transformación y transportación, su uso y, por qué no, su demolición. Un proyecto ineficiente hoy tendrá un gran impacto negativo por un periodo largo de tiempo. La construcción sustentable es un reto que nos compromete a todos.