El alto grado de complejidad de este tipo de construcción ha sido superado hoy en día. Gracias a la tecnología, podemos decir que casi todo es posible.
No podemos olvidar que el 75% de la superficie del planeta está cubierta por el agua de los océanos. Observando la tendencia natural de la humanidad a asentarse cerca de los cursos y masas de agua, queda en evidencia la importancia de la construcción de estructuras que delimiten o se establezcan dentro del agua.
A lo largo del tiempo estas construcciones han ido evolucionando, gracias al avance de la tecnología y a las nuevas técnicas. Cada vez encontramos más obras realizadas bajo el agua: de estructuras marítimas (puertos, muelles, embarcaderos, amarraderos), las cimentaciones de puentes, muros de contención, rompeolas o islas artificiales, estanques, lastres para emisarios y todo tipo de estructuras que estén en constante contacto con el agua.
Dificultades de la construcción.
Muchas de las obras que se construyen hoy en día enfrentan, en algún momento, las dificultades propias de vaciar concreto en condiciones inapropiadas. Más cuando deben tener contacto directo, y a veces prolongado, con el agua tanto de manera fija como en movimiento. Tal es el caso de la construcción de cimentaciones profundas como pilotes (elementos estructurales hechos de madera, acero o concreto usados para construir cimentaciones), bases para muelles y plataformas marinas. También la construcción en tierra con afluencia de acuíferos superficiales o subterráneos es bastante frecuente.
Algunas de las construcciones bajo el mar son realmente extraordinarias, innovadoras y van más allá de la imaginación
Hace muchos años que las construcciones bajo agua utilizan el concreto como principal material para construir. En general su diseño ha considerado que existen pérdidas de fuerza derivadas del lavado de finos (cementantes y agregados finos) durante el contacto con el agua, por lo que las mezclas suelen aumentar su costo y la inquietud sobre el comportamiento final del concreto.
La principal manera de superar este problema se encontró a finales del siglo XX, cuando el uso de aditivos químicos, cuya evolución ha permitido aumentar la viscosidad y consistencia del concreto, ha permitido una enorme mejora. Todo ello gracias a la resistencia a la segregación en especial cuando se combina con aditivos superplastificantes que permiten lograr la autocompactación y autonivelación, lo que da como resultado un concreto de alto comportamiento.
Leer más: Innovador y vanguardista. Museo Barroco de Puebla.
Si la estructura se encuentra en condiciones adversas de ejecución o requiere construirse en sitios de difícil acceso donde existen situaciones desfavorables para el concreto fresco (como sitios inundados o bajo el agua), y se necesita garantizar la durabilidad de la estructura, el concreto antideslave es la mejor alternativa. Sus ventajas son varias:
– elevada acción tixotrópica, propiedad que le impide deslavarse al ser colocado bajo el agua
– reduce el impacto ambiental marino, debido a que la pasta del concreto no se dispersa en el agua, lo cual evita la destrucción de los ecosistemas marinos
– su trabajabilidad es muy elevada; permite la reducción de mano de obra y plazos de ejecución de obra
– reduce o elimina costos operacionales de drenaje.
Famosas construcciones bajo el agua.
El Restaurante Ithaa en Maldivas, el Jule’s Undersea Lodge en Florida o el Hotel Water Discus en Dubai son buenos ejemplos de lo capaz que es el ser humano para realizar ambiciosos proyectos, donde arquitectos e ingenieros ponen en práctica, más que nunca, sus conocimientos y experiencia. Todas ellas obras complejas, en las que el agua ha supuesto un gran reto y que ingenieros experimentados han convertido en majestuosas realidades, simbiosis una vez más entre la acción del ser humano y la madre naturaleza.