¿Cómo cambiará la movilidad tras el Covid-19?

¿Cómo cambiará la movilidad tras el Covid-19?
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La movilidad urbana ha sido una de las grandes afectadas por la pandemia de COVID-19.

La mayoría de los países del mundo han tomado medidas drásticas de confinamiento que han dejado desiertas las calles de las ciudades. La congestión se ha visto reducida, así como el uso del transporte público.

Esta situación ha desempeñado un papel crucial en la aceleración de las obras de infraestructura; como por ejemplo las líneas 1 y 2 de Cablebús en la Ciudad de México. Medidas que podrían haber llevado años, han sido implementadas en meses, incluso semanas. Las calles vacías brindaron a las autoridades la oportunidad de implementar y acelerar proyectos a gran escala en los que los protagonistas están siendo ciclistas y peatones. Gruesas líneas amarillas y blancas, marcan las nuevas ciclovías por las que los ciudadanos podrán desplazarse a lo largo de kilómetros.

El ciclismo surge como una forma resiliente de mantenerse conectado en este nuevo escenario de futuro que requiere nuevas y eficaces soluciones.

Además, la reducción de desplazamientos ha traído consigo la disminución de los niveles de contaminación de las ciudades, mejorado notablemente la calidad del aire. Los defensores del ciclismo y los activistas ambientales instan a los gobiernos para que garanticen que estas medidas se mantendrán a largo plazo y duren más allá de la pandemia.

Por otro lado, durante los meses, o años, que habrá que convivir con el virus, la distancia social va a ser imprescindible. Dado que uno de los lugares donde es más complicado mantener el distanciamiento social es el transporte público, caminar o ir en bicicleta se presentan como las mejores opciones.

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Así pues, será necesario habilitar la infraestructura vial para promover el transporte activo en las ciudades. Dublín, Sydney y muchas otras ciudades ya se están preparando para adecuarse, tanto a los requerimientos de distanciamiento previstos, como a la demanda de espacios más verdes y limpios que antes del Covid-19 ya era un reclamo a gritos.